El llanto es un signo de
incomodidad, y puede deberse a muchas causas: la sensación de hambre o sed,
frío o calor, molestias producidas por el ruido o los pañales mojados, deseo de
compañía, cansancio…
Como padres, pronto aprenderéis a
distinguir el llanto por hambre del causado por otros motivos, así como a no
alimentar al niño cada vez que llore. En las primeras semanas algunos niños
lloran 2 ó 3 horas al día.