Además de para las revisiones
programadas, debéis consultar con vuestro pediatra si observáis cualquier signo
de alarma en el bebé, es decir:
Si os parece que tiene mal aspecto.
Si tiene fiebre.
Si no quiere comer y rechaza las
tomas.
Si presenta vómitos o
regurgitaciones persistentes o abundantes.
Si se encuentra irritable o
somnoliento.
Si tiene diarrea.