Los odontólogos extraen ahora más piezas que hace diez años porque cada
vez es mayor el número de pacientes que acuden con dientes o muelas
fracturados por culpa del estrés, que les hace apretar las mandíbulas
con fuerza, según comentaron especialistas en la reunión Expodental
celebrada en Madrid.
Los dentistas tienen que atender ahora muchas fracturas por estrés,
que provoca que el paciente, sin ser consciente de ello, apriete con
fuerza a lo largo de el día las mandíbulas, explicaron las odontólogas
Bébora y Beatriz Rodríguez-Vilaboa.
| Los dientes o las muelas presentan entonces líneas de fractura a lo largo de toda la pieza, bordes desflecados o desiguales o cúspides desgastadas y el paciente acude a la consulta con un dolor súbito sin que haya caries ni se haya producido un traumatismo por morder un hueso de aceituna, |
por ejemplo. La patología produce inflamación del nervio y la muerte de
éste, con lo que la pieza se pierde, un problema que está creciendo
exponencialmente, según estas especialistas.
Ningún paciente, dicen, es consciente de que aprieta las mandíbulas con
fuerza durante la jornada, debido a la tensión, un hábito que hay que
diferenciar del bruxismo, en que la fricción se produce por la noche
con desplazamientos laterales, lo que se conoce como rechinar los
dientes.
Implantes de piezas
Ante esos percances dentales, los
odontólogos cuentan desde hace pocos años con los implantes de piezas,
una técnica desarrollada hace unos años por el traumatólogo sueco
Branemark.
Hasta la fecha, el implante de una pieza de titanio en el hueso de la
mandíbula requería un proceso de soldadura con el metal de tres a seis
meses, y sólo a partir de entonces podía colocarse la pieza postiza en
la boca.
Ahora, no hay que esperar a que se integre, y el paciente sale
en el mismo día de la consulta del dentista con el implante hecho y las
piezas colocadas, una técnica que en España desarrolla una decena de
cirujanos.