Enséñale a tu bebé la diferencia entre día y noche, durante el día juega con él, mantén su cuarto con las cortinas abiertas y alumbrado por la luz del sol, no dejen de realizar las labores domésticas ni dejen que su casa esté en silencio, durante la noche apaguen las luces, bajen el volumen de voz en las conversaciones mientras lo alimentas y lo cambias, así tu bebé entenderá que el día es para jugar y la noche para dormir.
Aprende a observar qué hace tu bebé cuando está cansado, como tallarse los ojos, chuparse el dedo, jalarse el pelo. Si hace alguno de estos gestos, llévalo a su cama para que se duerma.
Siempre acuesta a tu bebé boca arriba, lo cual previene el síndrome de muerte infantil súbita. Acuesta a tu bebé cuando se esté quedando dormido y arrúllalo un rato.
Establece una rutina para dormir a tu bebé: mécelo, arrúllalo o cántale, así entenderá que es tiempo de dormir.
Una canción de cuna hace sentir a tu bebé calmado y seguro. No alimentes a tu bebé para que se duerma, ya que cada vez que despierte creará la costumbre de necesitar alimento para dormirse.
Pon en la cuna de tu bebé un amigo de peluche o una frazada, lo cual le ayudará a sentirse seguro si se despierta en la noche.
Puedes dejar que tu bebé se chupe el dedo o darle un chupón, lo cual le sirve para sentirse tranquilo.
Lava su ropa de cama con jabones para bebé, recuerda que su piel es muy delicada y sienten cualquier aspereza, por lo que si su ropa de cama tiene residuos de jabón o es rasposa ellos estarán incómodos y no podrán dormir.