Debes de tener mucho cuidado en cómo acuestas a tu bebé. Hazlo despacio
y con suavidad, pues si lo mueves bruscamente tendrá una desagradable
sensación de pérdida de equilibrio y se asustará. A esta emoción se le
conoce como “reflejo de Moro”.
La Asociaciones de Pediatría a nivel mundial ya no recomiendan
acostar a los bebés boca abajo porque está comprobado que al igual que
abrigarlos demasiado aumenta el riesgo de muerte súbita o muerte de
cuna. Además, los médicos ortopedistas no recomiendan que los niños a
partir de los seis meses duerman en esta postura, por la posición de
los pies y la cadera, ya que puede llegar a causar una deformación.
Lo más adecuado es acostarlo boca arriba o de lado. Actualmente
venden precisamente con esa finalidad triángulos de hule espuma que
se colocan en la espalda del bebé, de manera que lo mantienen en esa
posición y no permiten que se voltee. Si no encuentras este producto,
una toalla enrollada te puede servir igualmente. En cuanto a la postura
boca arriba, no debes de preocuparte por un posible atragantamiento o
bronco aspiración, ya que los bebés acostados de esta forma tienden a
voltear su cabeza hacia un lado.