Un recién nacido reacciona simplemente a los estímulos físicos. Todavía no tiene el conocimiento ni la experiencia que le indiquen a qué hora ir a la cama o a qué hora despertarse.
Viene de una vida tranquila, donde hace lo que le da la gana. Ahora, en un ambiente distinto y extraño, es importante que empiece a conocerlo, para que se adapte a él lo antes posible.
Lo primero que debes hacer es enseñarle la diferencia entre el día y sus actividades, y la noche y lo que se debe hacer en ese tiempo.
Durante el día, háblale más a tu bebé mientras lo alimentas.
En la noche, muéstrate más calmada y emplea un tono de voz más suave. Con el tiempo, el bebé comprenderá la diferencia y comenzará a dormir más de noche.