Diremos que en la mayoría de los casos, no produce ningún síntoma referente a dolor, picor etc.
Observaremos que las uñas afectadas presentan un aspecto más amarillento.
La aparición de unas manchas blanquecinas a modo de islotes debajo de las uñas.
En casos más avanzados se produce el despegamiento de la uña y ésta cae, debido a que se levantó del lecho ungueal.
La aparición debajo de las uñas de una materia orgánica con aspecto de serrín blanco.
Cuando observemos surcos de forma longitudinal y pérdida de la transparencia de la uña.
Usar en todo momento calzado de protección en los espacios de riesgo como piscinas, duchas, vestuarios etc.
Las
personas con sudoración excesiva (hiperhidrosis), deben tener especial
cuidado en la sustitución de calcetines y calzado húmedos. Es
importante la alternancia del calzado para evitar el acumulo de
humedad, en particular en los calzados deportivos, en los que la
transpiración es más difícil.
El calzar zapatos y calcetines de fibras naturales o con buena transpiración, efectuando cambio diario.
Secarse los pies de forma correcta, de forma especial los espacios interdigitales.
Usaremos un jabón que proteja nuestro manto ácido.
No intercambiar calzados y calcetines con nadie.
Observarse los pies con asiduidad.
El cumplimiento de estos consejos evita en mayor parte el contagio por hongos.
Si
observamos alguno de estos síntomas, debemos acudir a nuestro podólogo
o dermatólogo para que nos certifique la enfermedad y nos prescriba el
tratamiento más adecuado.