La
necesidad de calzarse o más bien, sería la de protegerse,
le viene al ser humano de muy antiguo, el poder evitar las agresiones
del suelo y de las adversidades climáticas hizo que el hombre
pensara como calzar sus pies.
Los
primeros pobladores lo solucionarón utilizando la piel de
animales o tejidos vegetales y fijándola con correas de cuero o
cáñamos a sus pies idearon los primeros calzados o albarcas.
Con
el paso de los siglos y la aparición de las civilizaciones, con
vida estructurada en sociedad, el calzado como el resto de las
vestimentas, pasaron a formar parte de la cultura de los pueblos, se
contempló el calzado como un objeto de distinción entre
las clases y comenzó el mundo del diseño.
Así en el imperio Griego las mujeres de clase alta usaban el coturno, calzado de paseo en las ciudades. Era de madera muy pesada y de aspecto no muy cómodo.
En
la antigua civilización china, tenemos la costumbre de que las
mujeres no debían dejar desarrollar sus pies y practicaban
vendajes y la aplicación de calzados minimalistas que provocaban
importantes deformidades en los mismos. Es un ejemplo claro de a
dónde se puede llegar, por la imposición social.
Comentaremos también como curiosidad que durante el Imperio Romano las Legiones Romanas
estaban dotadas de calzado especializado al terreno que ocupaban, no
era lo misma las legiones que ocupaban Egipto, que las que ocupaban
Hispania o las Galias, el calzado que usaban eran las tirrénicas provistas de tachuelas de bronce o cuero según las necesidades.
Como curiosidad diremos que por el calzado se han ganado y perdido batallas, es muy importante el calzado del Infante, el ejército de Napoleón, su infantería y en especial su caballería sucumbió al General Invierno
de las estepas rusas, debido a que la bota que usaban los jinetes
producía isquemia (compresión) a nivel del hueco poplíteo (parte
posterior de la rodilla, en el pliegue) y la congelación de sus pies.
Estos
ejemplos nos ayudarán a tener una visión de la importancia del calzado,
a lo largo de nuestra evolución y empezaremos a usar la denominación de
calzado fisiológico. El concepto de fisiológico, es aquel en el
que el zapato se adapta a la morfología (forma) de nuestros pies y a
las necesidades de la actividad que vamos a realizar, tanto en el
terreno como a las adecuaciones del clima.
Tendremos en cuenta que hoy día existen calzados para cada actividad, bien sea profesional o lúdico-deportiva.