Un empaste simplemente es la eliminación de la dentina reblandecida, gérmenes y restos de alimentos, de la parte estropeada de la muela, y el relleno de la cavidad con algún tipo de material.
Queremos reconstruir la muela dejándola como estaba antes de su enfermedad.
Un empaste bien hecho tiene que reunir varias condiciones.
Los márgenes o entregas del material de relleno con el resto de la muela sana deben estar bien ajustados. Si queda un espacio o un resalte, queda abierto el camino para la formación de una nueva caries.
La forma de la parte restaurada debe reproducir fielmente la forma anterior de la muela. Tiene que encajar bien con la pieza de arriba para seguir masticando correctamente y con la de al lado para que no se introduzca comida en el espacio abierto.
El dentista tiene que perder su tiempo para garantizar estos detalles tan importantes. De ello depende la duración del tratamiento. Un empaste mal hecho no sólo durará poco, sino que causará un problema más grave que el inicial al cabo del tiempo.
Los materiales que se usan para empastar las muelas son actualmente dos: la amalgama de plata y mercurio y las resinas compuestas.
La mezcla de plata y mercurio tiene la característica de ser blanda al principio y luego endurecerse.
Esto permite colocarla en la cavidad, darle forma y apretarla bien contra las paredes en el tiempo que dura su plasticidad.
Una vez endurecida, se mantiene muy bien y durante muchos años en un ambiente húmedo como es la boca.
Es dura y resiste el trabajo de masticar que se le exige. En la actualidad, prácticamente no se utiliza este material debido a que el mercurio es un componente altamente tóxico que afecta seriamente a la salud.
Los composites son los nuevos materiales blancos que cada vez se utilizan más.
Tienen dos ventajas sobre la plata: la estética y la capacidad de pegarse a las paredes de la muela.
La plata no se pega; queda encajada en su cavidad como una piedra dentro de otra piedra. El dentista tiene que tallar con cuidado una cavidad que impidiera salir el empaste una vez endurecido.
Las cavidades para composites pueden reducirse más estrictamente a lo que es el tejido dañado.
Si el empaste es muy grande y no nos queda mucha muela sana donde cogernos, el empaste de composite se aguantará mejor que el de plata.