El
hipocondríaco está constantemente sometido a instrospección, preocupado
por sus cambios fisiológicos y por posibles síntomas de enfermedad.
También puede sucederle a una persona realmente enferma, y quizás sus
preocupaciones no se centren en los síntomas importantes, sino en los
imaginarios. Este tipo de pacientes, al centrar toda su atención en los
síntomas, puede provocar por ello, síntomas reales, funcionales u
orgánicos.
El sujeto medita constantemente sobre sus síntomas reales o
imaginarios, es buen comunicador describiendo su cuadro clínico y es su
tema favorito de conversación. Estos sujetos son especialistas en la
cantidad y composición de los alimentos.
Muchas veces los pacientes hipocondríacos tienen actitudes fóbicas
debido a sus síntomas, tanto reales como imaginarios, ya que creen
siempre que son aviso del comienzo de una enfermedad grave.