El diagnóstico suele realizarlo el GINECÓLOGO, a través de los síntomas y de una ecografía.
Precisa de tratamiento quirúrgico, generalmente a través de laparoscopia para eliminar el tejido anómalo.
En
ocasiones precisa de tratamiento médico complementario (con el fin de
anular la función del ovario temporalmente), que debe ser valorado
individualmente.