Incremento del líquido en los conductos semicirculares del oído interno que ayudan a mantener el equilibrio.
El
exceso de líquido produce presión en el oído
interno, alterando el equilibrio, lo que provoca el vértigo, y a
veces mermando la audición.
Afecta a ambos sexos, ligeramente más común en las mujeres, entre los 30 y los 60 años.