Historial y reconocimiento físico por un médico.
Pruebas de laboratorio, como audiometría y pruebas calóricas.
Rayos X, T.A.C. o R.M.N. de la cabeza para descartar otras patologías.
Normalmente, tratamiento médico durante las crisis.
En casos raros, destrucción quirúrgica del oído interno afectado.
Evite la luz brillante y no lea durante los ataques.
- Drogas contra las náuseas.
- Tranquilizantes para mitigar el vértigo.
- Antihistamínicos para disminuir los síntomas en ciertas personas.
- Diuréticos para disminuir el líquido del oído interno.
Descanse en la cama hasta que desaparezcan el vértigo y las náuseas.
No camine sin ayuda.
Evite cambios bruscos de postura.
No conduzca, suba por escaleras de mano ni trabaje con maquinaria peligrosa durante los ataques.
No hay una dieta especial, pero debe reducir la sal y la ingestión de líquidos.
Avise a su médico si:
Ocurre lo siguiente durante el tratamiento:
- Disminución de la audición en uno u otro oído.
- Vómitos persistentes.
- Convulsiones.
- Desvanecimiento.
- Fiebre de 38ºC o más.
Aparecen síntomas nuevos inexplicables. Las drogas usadas en este tratamiento pueden producir efectos secundarios.