Estrés.
Afección de las valvulas cardíacas.
Cirugía cardíaca reciente.
Desarreglos de electrolitos, especialmente nivel de potasio bajo.
Embolia pulmonar.
Uso excesivo de algunas drogas como hormonas de tiroides, cafeína y otras.
Tabaquismo.
Consumo excesivo de alcohol.
Obesidad.