Historial y reconocimiento físico por un médico.
Análisis de sangre y orina.
ECG.
Rayos X o densitometría ósea de los huesos para detectar incrementos de la densidad de los huesos.
Tratamiento médico durante la fase aguda.
Autocuidados después del diagnóstico durante la fase crónica.
Hospitalización si los espasmos musculares son graves.
Si aparecen calambres musculares:
Póngase cremas lubricantes o pomadas en la piel seca y escamosa.
Lleve las uñas cortas para evitar que se rompan.
Altas dosis de vitamina D y de suplementos de calcio.
Suplementos de calcio por vía intravenosa durante la hospitalización para tratar espasmos musculares graves.
Sedantes y anticonvulsivantes para los espasmos musculares frecuentes.
Sin restricciones (los calambres musculares se producen por la falta de calcio, no por el ejercicio).
Alta en calcio, baja en fósforo.
Su médico o dietético le instruirán al respecto.
Los espasmos musculares no disminuyen a pesar del tratamiento.