El diagnóstico se realiza por la clínica.
Se
realizarán análisis sanguíneos para confirmarlo,
incluyendo concentración de calcio, fósforo y
paratohormona.
Para
valorar la extensión de la afectación, puede ser
necesario realizar ECG, Rayos X de los huesos y densitometrías
ósea.
En
los casos sin afectación orgánica (sobre todo renal),
mayores de 50 años, el tratamiento es expectante.
En los casos sintomáticos, la solución es quirúrgica.
Tome mucha agua, ello prevendrá el acúmulo de calcio en los riñones.
Su médico podrá recetarle suplementos de vitamina D si lo considera oportuno.
Sin restricciones, beba mucho agua.
Siente
alteraciones en el latido cardiaco, debilidad muscular o ha podido
deshidratarse (ejercicio intenso o calor sin ingesta de
líquidos).