Las alucinaciones son alteraciones de la percepción sensorial que
surgen sin que exista un estímulo real. El paciente puede ver, oír o
tener sensaciones que no están ocurriendo en ese momento. Pero la
alucinación es tan real que el paciente puede sentir desde miedo o
ansiedad hasta alegría y sensación de bienestar.
Cómo actuar
- El
cuidador no debe alarmarse por las alucinaciones, debe reaccionar con
tranquilidad con el fin de no incrementar el nerviosismo del paciente. - Tampoco
debe discutir con él sobre la alucinación. Para el enfermo la
percepción es totalmente real y si intentamos combatir con la lógica,
sólo provocaremos irritación o, incluso, agresividad. - El
contacto físico puede ser tranquilizador, aunque debemos acercarnos al
paciente siempre dentro de su campo visual, identificándonos y
diciéndole en todo momento quienes somos. Si no se siguen estos
consejos, el contacto físico puede incrementar la agresividad. - Es
necesario buscar el motivo que ha desencadenado la alucinación, el
momento del día en que se produce, así como vigilar y revisar los
fármacos que está tomando. - Si las alucinaciones no son peligrosas (pueden incluso ser placenteras) debemos dejarle tranquilo.