Cuando los alergenos ingresan por primera vez en el cuerpo de una persona
predispuesta a las alergias, se produce una serie de reacciones y se generan
anticuerpos específicos contra esa sustancia.
Después estos anticuerpos viajan a unas células llamadas mastocitos que son
particularmente abundantes en la nariz, ojos y pulmones. Los anticuerpos se
adhieren a la superficie de estas células y la próxima vez que una persona
alérgica tome contacto con los alergenos a los cuales reacciona, se inicia la
liberación de sustancias conocidas como “mediadores de la inflamación”,
entre los que se encuentra la histamina, que producen los síntomas propios de
la alergia.