Con una dosis extra de determinadas vitaminas estas contribuyen, a mejorar la salud.
Si bien los suplementos en forma de pastillas u otros preparados químicos deben ser prescriptos por el médico, los alimentos están al alcance y proporcionan vitaminas de primera calidad. Refuerce su dieta según sus necesidades.
Vitamina A: mejora la piel, contrarresta los efecto del cigarrillo y el alcohol, y aumenta la producción de glóbulos blancos. Se obtiene en el hígado, la zanahoria, la manteca, los ajíes, el melón y el aceite de hígado de pescado.
Vitamina B3: disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno, también los triglicéridos (lípidos peligrosos en la sangre). Se encuentra en el hígado, pollo, carne, atún, germen de trigo, huevos, ciruelas, maníes, higos, legumbres y cereales integrales,
Vitamina B5: ayuda a la reconstrucción de las células aumentando la longevidad y disminuyendo el envejecimiento de la piel . Mejora la conversión de grasas y azúcares en energía y protege el sistema nervioso. Está en la Jalea real, el brócoli, la coliflor, los hongos crudos, la yema de huevo y la levadura de cerveza.
Vitamina E: aumenta las defensas y disminuye la intoxicación producida por antibióticos en tratamientos prolongados. Controla la hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en la sangre) y la úlcera de duodeno. Se dice que aumenta la vida en un 20%. Se halla en el aceite de oliva, las nueces y almendras, el choclo, los brotes de alfalfa y la lechuga, entre otros alimentos.
Vitamina C: esta sustancia entre sus muchos beneficios, ha demostrado que contrarresta los efectos del plomo que podemos respirar en el aire. También se asegura que previne las cataratas y el cáncer. Está presente e los cítricos, kiwis, vegetales de hoja verde, ajíes y papas.