La infancia finaliza cuando se producen ciertos cambios físicos que anuncian lo que será la edad adulta. Es una etapa de rápido crecimiento en la que maduran los órganos sexuales y aparecen los denominados caracteres sexuales secundarios.
Los caracteres sexuales secundarios en los chicos son: vello en el pubis, en las axilas, en el rostro y en el cuerpo en general. También se producen cambios en la voz.
Los caracteres sexuales en las chicas son: vello en el pubis y en las axilas, aumento de la profundidad y anchura de la pelvis, y aumento de los senos.
A esta primera etapa se la denomina “pubescencia”, y no se relaciona directamente con la capacidad reproductiva y tras dos años aproximadamente, finaliza en la pubertad, donde ya sí se es sexualmente maduro y capaz de reproducirse.
En los chicos, esta capacidad reproductiva comienza con la presencia de esperma en la orina, que aparece aproximadamente en uno de cada cuatro varones de quince años.
En las chicas se relaciona con la aparición de la menarquía, el primer periodo menstrual, aunque puede que no se sea fértil hasta transcurridos los primeros ciclos.
Los adolescentes muestran mucha preocupación por su aspecto físico. Los adultos que se consideran atractivos en la adolescencia tienen mayor confianza en sí mismos que los que no lo hacían. Esto cambia a mediados de los cuarenta años.
Es importante destacar que los jóvenes quieren madurar al mismo tiempo que sus compañeros, sobre todo es importante para aquellos chicos que maduran con retraso.