Lo primero por hacer es tener paciencia. El cuerpo necesita tiempo para transformarse en lo que definitivamente se va a convertir, por lo que no ha de preocuparnos el ver ciertas desproporciones. Todo se arreglará.
No trates de imitar a los modelos que la sociedad nos impone para aumentar sus ventas, ni siquiera a los adultos. Sus cuerpos ya están totalmente desarrollados y no son un buen ejemplo para comparar. Además, la mayoría de la gente no tiene ese aspecto normalmente. Por eso son modelos. No te obsesiones por imitarlos, pues podrías poner en juego tu salud en esta etapa de tu desarrollo en la que es tan importante cuidarla.
Todos los adolescentes pasan por esta circunstancia, algunos con mayor y otros con peor fortuna. Igual que tú puedes juzgarte a ti mismo/a, tus compañeros lo hacen con sus propios cuerpos. No pienses tanto en ti, no te exijas tanto. Comparte tus emociones con tus amistades, os será más fácil llevarlas entre todos.
No te observes demasiado en el espejo. Cuando lo hagas, trata de sacar los aspectos positivos de tu cuerpo, imaginarte cómo van a quedar definitivamente. Nunca los observes con rechazo, sino con cariño. Imagínate que tu cuerpo corresponde al de tu mejor amigo/a y evalúalo desde ese punto de vista.
Sé realista. Si crees que tus caderas son muy anchas, tus brazos demasiado largos…etc, mídelos. Comprueba con el resto de la gente de tu edad, altura y desarrollo parecido, las medidas. Comprueba en tablas de altura y peso si realmente estás tan gordo/a, delgado/a como crees. Puede que te sorprendas. Si estabas en lo cierto, tampoco tienes por qué preocuparte. Dentro de un tiempo tu cuerpo será más armónico.
Tú no eres tu cuerpo. Tú eres tu cuerpo+tus sentimientos+tus gustos+tus ideas+tus cualidades...No dejes que sólo una cosa de ti pueda llegar a significarte todo. La gente que te rodea no te aprecia por tu cuerpo, sino por las otras cosas que eres, sobre todo por cómo eres con ellos.
Lleva a cabo actividades en las que te sientas bien contigo mismo. Proponte metas a realizar que no tengan nada que ver con el físico. Verás que tu autoestima no depende sólo de éste, del mismo modo que el éxito en el futuro dependerá fundamentalmente de otros factores.
No hagas caso de los comentarios negativos. Los adultos pueden hacerlos sin pensar en que ellos también atravesaron esa etapa. Los adolescentes suelen hacerlos porque tienen miedo de reconocer en ellos mismos algo que no les gusta; es un gesto defensivo ante su inseguridad.