El consumo de alcohol entre los adolescentes ha aumentado de forma alarmante. Beber se ha convertido en un ritual del fin de semana motivado por la necesidad de divertirse a toda costa. Según los datos más recientes, un 3,5 % de los niños españoles de 11 años ya ha probado las bebidas alcohólicas y la edad de inicio del consumo habitual se sitúa entre los 13 y 14 años.
El alcoholismo es la droga más consumida en todos los tramos de edad, sin distinguir sexos ni grupos sociales. En España, además, goza de una gran aceptación social: ninguna fiesta se celebra sin alcohol y en los grandes acontecimientos se brinda con vino o cava.
Pero desde hace unos años el alcohol se ha convertido en un problema para los jóvenes. Se ha producido un cambio en los patrones de consumo: del vaso de vino diario (y saludable, por otro lado) asociado a las comidas en familia o con amigos, se ha pasado a un consumo juvenil centrado casi exclusivamente en los fines de semana.
Y los jóvenes no beben vino, sino grandes cantidades de cerveza, combinados explosivos y licores de alta graduación. Las consecuencias más graves son los accidentes de tráfico: el alcohol esta implicado en más de la mitad de los accidentes automovilísticos, pero también diversos trastornos físicos, como las intoxicaciones etílicas, y otros no menos importantes de tipo emocional.
¿Por qué beben?
Según los propios adolescentes para divertirse, para enrollarse a hablar con los amigos o simplemente para emborracharse. El objetivo es colocarse lo más rápido posible
El consumo de alcohol supone entre los adolescentes un ritual unido a la necesidad de crear vínculos con el grupo de amigos. Las razones que propician el consumo abusivo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes según los especialistas son variadas:
– Falta de opciones para ocupar el tiempo libre
– Escasez de temas de conversación
– Efecto liberador de las inhibiciones que proporcionan las bebidas alcohólicas
– Necesidad de divertirse
– Por curiosidad
– Para reducir el estrés
– Para identificarse con las personas adultas
Aunque los jóvenes beben casi exclusivamente los fines de semana, existe un perfil candidato a desarrollar problemas de alcoholismo:
– Los jóvenes con antecedentes familiares de abuso de substancias
– Adolescentes deprimidos
– Con una autoestima baja o que se sienten excluidos del grupo mayoritario
– Si se ha iniciado muy joven en el consumo de alcohol