El consumo de alcohol se asocia a un mayor riesgo de padecer diversas enfermedades. Poco después de beber, el etanol, el principal componente de las bebidas alcohólicas, pasa a la sangre y desde allí afecta a diferentes órganos.
Problemas físicos
– Síndrome de dependencia alcohólica: aparece aunque sólo consuman los fines de semana
– Enfermedades vasculares
– Trastornos hepáticos
– Intoxicación aguda, que puede llevar al coma o, incluso, a la muerte
Problemas psíquicos
– Demencias asociadas al alcoholismo
– Trastornos depresivos
– Problemas de integración social
– Actitudes violentas
– Disminuye la capacidad de atención
– Somnolencia
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, una de cada cuatro muertes entre los jóvenes europeos está relacionada con el consumo de bebidas alcohólicas.