Una cultura de consumo que propicia y aprovecha las oportunidades para hacer negocios, sin importar cómo.
Hollywood ha contribuido a la difusión del Halloween con una serie de películas en las cuales la violencia gráfica y los asesinatos crean en el espectador un estado morboso de angustia y ansiedad.
Estas películas son vistas por adultos y niños, creando en estos últimos miedo y una idea errónea de la realidad.
El Halloween hoy es, sobre todo, un gran negocio. Máscaras, disfraces, dulces, maquillaje y demás artículos necesarios son un motor más que suficiente para que algunos empresarios fomenten el “consumo del terror”. Se busca además favorecer la imitación de las costumbres norteamericanas por considerarse que esto está bien porque este país tiene chapa de “superior”.
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