Debe tenerse en cuenta que los niños con asma tienen lo que se llama un “límite de respuesta”: es decir, puede que sólo tengan síntomas cuando la cantidad del alérgeno que le produce el problema (ej: ácaros, hongos,…) sobrepasa un cierto límite (que varía de unos niños a otros).
Y hay que tener en cuenta que lo que se pretende con el tratamiento es precisamente elevar dicho “límite de respuesta”, de forma que el niño sea capaz de tolerar cantidades de alérgeno cada vez más elevadas.
Pero con todo y con eso, siempre es posible que en presencia de cantidades masivas de alérgeno (ej: casas que llevan tiempo cerradas en niños alérgicos a los ácaros, algunos días en primavera en niños alérgicos a pólenes, etc.) el niño pueda tener problemas.
Por ello, es conveniente hacer una limpieza a fondo de las viviendas que llevan tiempo cerradas (chalets, apartamentos, la propia vivienda al volver de vacaciones,…), antes de que el niño entre en ellas.