En principio, son más aconsejables deportes que requieren esfuerzos cortos (no más de 7-8 minutos seguidos), con descansos intermedios.
La natación es un deporte especialmente recomendable porque, además de lo anterior, desarrolla los músculos del tórax (que ayudan a respirar) y enseña a los niños a respirar rítmica y profundamente.
En todo caso, el niño debe hacer el deporte que más le guste; es mejor que haga algún deporte que, por obligarle a hacer algo que no le satisface, termine no haciendo nada.