Pedir una cosa prestada es algo muy delicado, no se pide prestado a cualquiera.
No pidas un objeto en préstamo a una persona con la que mantienes una relación muy vaga ni a una simple vecina salvo el paraguas en aquellas ocasiones en que ofrecerlo es casi obligado.
Evita pedir prestado a aquellas personas que antes de dejarte lo que les pides te acribillan a recomendaciones, de forma que finalmente no te atreves a usarlo por miedo a olvidarte de alguna de ellas.
Tampoco pidas nada prestado a aquellas personas a las que tú no quisieras tener que prestar nunca nada.