Si te llegara a suceder que al encontrarte con alguien a quien no has visto en mucho tiempo y preguntarle por la salud de su marido o de su mujer, vieras, por el silencio embarazoso que sigue a tu pregunta, que la persona por la que te interesabas murió hace tiempo, es inútil desear que la tierra te trague o chamullar cualquier excusa. Mejor es que afrontes directamente el resbalón y digas amablemente: “lo siento muchísimo. No lo sabía”, o algo por el estilo.
Evita, de todos modos, aunque te sientas obligada, demasiadas preguntas sobre las circunstancias de la muerte.
Ten presente que la persona a la que has encontrado, de todo tiene ganas menos de volver a sumergirse en la atmósfera de duelo que fue la suya durante aquel tiempo.