– Si te han prestado algo, debes devolverlo personalmente y no encargar a una tercera persona de su devolución. Por ejemplo, si una amiga te prestó un abrigo de noche, no puedes entregárselo a otra amiga para que lo devuelva, pues a lo mejor quien te lo prestó a tí no se lo prestaría a quien tu pretendes convertir en mensajera, y en qué compromiso puedes ponerla al permitir que esa otra persona se entere del asunto.
– Hay que saber lo que se puede pedir prestado y lo que no. No pidas nunca prestado a nadie aquellos objetos que, como las joyas auténticas, por ejemplo, sean demasiado valiosos, o excesivamente frágiles, como unas copas de cristal o la edición príncipe de un libro. Evita también pedir prestado aquello que la persona a quien se lo solicites no vaya a prestar gustosamente; esto tendrás que intuirlo, pues varía según la persona de que se trate.