– Si has decidido no perderte el episodio del culebrón que tanto te apasiona, a pesar de que su emisión coincidirá con la llegada de unos amigos a los que invitaste, piénsatelo dos veces antes de hacerlo.
Puede que ellos no lo sigan con el mismo interés que tú, y piensa que si han venido ha sido para veros a vosotros no para seguir los tormentosos amores de fulanita y menganito.
Si eres una fanática/o del culebrón y quien dice culebrón dice partidos de fútbol u otra cosa programa tus invitaciones en función de los horarios de televisión o graba los programas para verlos más tarde con tranquilidad.
– Mientras esperas a que lleguen tus invitados nada impide que estés siguiendo por la televisión tu programa favorito.
Pero, una vez estén allí, es obligado apagarla.
A no ser que ellos manifiesten vivos deseos de ver ese programa.
No todo el mundo es adepto a la pequeña pantalla.
Si diera la casualidad de que tus amigos no fueran partidarios de ella, no los mires como si formaran parte de una especie extraña.
No hagas que se sientan culpables ni que se vean forzados a defenderse.