– No confundas los terrenos.
Hay que saber deslindar perfectamente el espacio profesional del que se reserva a la amistad.
Si profesionalmente te va muy bien y estás orgullosa/o de ello, cosa muy lógica, esto no debe llevarte a confundir a tus amigos con tus competidores y a abrumarlos con la insistente narración de tus triunfos.
Con este tipo de conducta sólo conseguirás alejarlos, hacer el más espantoso de los ridículos y que se rían conmiserativamente de tí a tus espaldas.