En
general, todas las madres producen
la cantidad exacta de leche que
necesitan sus bebés. Es excepcional
que una madre no produzca suficiente
leche para alimentar a su hijo.
Cuando una madre nota que tiene poca
leche, lo habitual es que se trate
de alguno de los siguientes casos:
La posición del niño
o el
agarre del pecho no es correcto, por eso el bebé no vacía bien las
mamas y estas dejan de producir la
cantidad de leche que necesita el
bebé. En este caso suele haber dolor
al mamar o grietas. Es necesario
corregir la posición. Lo ideal es
que alguien experto evalúe la toma.
Hay leche pero la
madre
no se nota la subida y duda
que tenga suficiente. Esto suele
ocurrir tras los primeros meses de
lactancia. Normalmente el niño tarda
menos en hacer las tomas y extrae la
leche más eficazmente. Si el niño
está tranquilo y feliz y moja 4-5
pañales diarios, es que está tomando
la leche que necesita.