Es deseable que de vez en cuando el niño sea capaz de entretenerse por sí solo. Cuando juega solo, el niño experimenta y aprende. Se concentra en un objeto o actividad hasta que lo domina. En
algunos momentos parece que no hubiera nada más a su alrededor. En
estos momentos no conviene interrumpirle (ni siquiera para ayudarle). En este periodo suele demostrar interés por los juegos que es capaz de asimilar y rechaza los que son demasiado avanzados para su nivel de desarrollo.
Puede que también deje de mostrar interés por los juguetes que le
gustaban durante los meses anteriores.