Los espasmos del llanto son, sin duda, uno de los trastornos que más
asustan y preocupan a los padres, pero estos episodios son absolutamente banales y no generan consecuencias especiales para la salud del pequeño. Lo más indicado que has de hacer durante uno de estos episodios es lo siguiente: Es importante que, durante los espasmos, no pierdas la calma ni te asustes, ya que, de lo contrario, la crisis podría agravarse. Cuando el pequeño deha de respirar, puedes soplarle en la boca.
Lo normal es que el niño reaccione ante este estímulo inspirando aire,
por lo que la apnea se interrumpiría y el pequeño volvería a respirar
con normalidad. Si el niño se desmaya debes tenderle en la cama para evitar que se haga daño. Cuando recobre el conocimiento, debes intentar tranquilizarle, hablándole con serenidad y evitando las actitudes angustiosas, que podrían empeorar la situación. Demuestrale que no das importancia a lo ocurrido; de lo contrario, el niño podría utilizarlo como arma para conseguir todos sus caprichos.
