Decididamente si, la práctica de ejercicio físico mejora la condición
cardiovascular y muscular, favorece la corrección postural
y evita un aumento excesivo de peso, lo que proporcionará
a la embarazada una mejor condición física general
y le permitirá enfrentarse al trabajo del embarazo y parto
con menos riesgos. Así mismo disminuye las molestias digestivas y el estreñimiento,
aumenta el bienestar psicológico reduciendo la ansiedad,
la depresión y el insomnio y crea hábitos de vida
saludables.