Forma del tatuaje
– Ancla. Instrumento de estabilidad, seguridad y tradición; quien lo porta busca un punto sobre el cual asentarse.
– Ángel. Necesidad de protección, de trascender y de entrar en contacto con el Universo.
– Caballo. Desenvuelto, veloz, dinámico, exitoso y simpático.
– Calavera. La victoria sobre la muerte, a la que desafía y enfrenta con seguridad y paciencia.
– Corazón. Persona comprometida y pasional, con interés concreto en dar y recibir amor.
– Delfín. Devoción, libertad y amistad, disponibilidad de ayuda y apoyo.
– Dragón. De carácter recio y cambios radicales de temperamento.
– Estrella. Aceptación del destino; necesidad de puntos de referencia o de guía.
– Gato. Sensualidad, instinto y suavidad encuadrados en libertad y orgullo por la propia personalidad.
– Golondrina. Espíritu viajero, con intenso deseo de libertad y espacios abiertos, aunque también muy familiar.
– Luna. Discreción, intuición y feminidad.
– Mariposa. Personalidad atractiva que busca el placer de vivir la vida.
– Nudo. Alianza, pacto, vínculo y, sobre todo, compromiso.
– Pájaro. Deseo de libertad y evasión; capacidad de percibir y valorar la realidad desde las alturas.
– Puñal. Fuerte símbolo sexual que sugiere intenso deseo, apuntando al sadomasoquismo; el portador ha sufrido una herida que probablemente no ha cerrado.
– Rosa. Símbolo del amor y plena manifestación de uno mismo; transmite deseo romántico, erotismo y plenitud.
– Serpiente. Eternidad, estructura cíclica capaz de renovarse; potente emblema de protección y erotismo.
– Símbolos étnicos. Búsqueda de las raíces, de la necesidad de pertenecer a un grupo; líneas curvas expresan búsqueda de la feminidad, mientras que las rectas deseo de acción.
– Sirena. Mitad mujer mitad pez; se traduce en seducción y encanto, pero también en ayuda a los demás y entrega por amor.
– Sol. Símbolo de luz, color, progreso y amor por la verdad a través de claridad de ideas.