– Limpieza.
Rostro y cuello deben limpiarse diariamente porque la suciedad tiene varios efectos.
A saber: tapa los poros impidiendo que la piel respire y se mantenga naturalmente humectada; muchos contaminantes ayudan a la formación de radicales libres que causan el envejecimiento prematuro de los tejidos; en un rostro sucio, los tratamientos nutritivos y humectantes pierden hasta un 50% de su efectividad.