– Piel seca.
Es causa de un mal funcionamiento de las glándulas sebáceas, que no producen suficientes fluidos para lubricar la piel y proteger contra las pérdidas de agua.
También puede ser resultado de unas condiciones ambientales excesivamente secas (calefacción o aire acondicionado).
Otra causa, mucho menos común, es la falta de suficientes grasas en la dieta.