Los aceites esenciales son substancias naturales contenidas en glándulas microscópicas de las plantas, ya sea en raíces, tallos, hojas, flores, frutos o semillas.
Estas substancias se extraen de las plantas por destilación, y en el proceso no cambian sus propiedades terapéuticas, beneficiándonos en cambio de una mayor concentración que nos permite trabajar con cantidades muy pequeñas de aceite esencial, y de forma mucho más cómoda que si lo hiciéramos con la planta en cuestión.
¿Qué Tratamientos pueden hacerse con los aceites esenciales?
Masaje
El masaje es la forma más extendida de tratamiento en Aromaterapia, para la que se usa una disolución de los aceites esenciales en aceite vegetal portador o crema de masaje (6 gotas en 12 ml de aceite portador).
A los indudables beneficios de los aceites esenciales y a su agradable aroma, se une la sensación táctil, de la que nuestra sociedad moderna está totalmente huérfana.
El contacto y la empatía entre terapeuta y paciente es un factor muy importante para la sanación de éste. Por otra parte, no hay que olvidar que disponemos de 2,5 metros cuadrados de piel, lo que significa que es el mayor órgano de nuestro cuerpo, con una importante función de intercambio de sustancias con el exterior.
Compresas
Se realizan con gasa de algodón plegada, empapada en agua caliente o fría, según los casos, añadiendo finalmente 3-4 gotas de aceite esencial. Es la forma más útil, después del masaje, para los casos de dolores o afecciones bien localizadas.
Baños
Para disfrutar de un baño terapéutico o simplemente aromático, se precisan de 5 a 12 gotas de aceite esencial en una bañera. Puesto que los aceites no se disuelven en el agua, esto formará una delgada película sobre el agua. Para prevenir irritaciones de la piel en bebés y personas sensibles, previamente puede disolverse el aceite en una cucharada de leche entera, leche en polvo o kuzu (raíz china en polvo).
Para quien no disponga de bañera, el baño de pies es igualmente útil, ya que la planta de los pies es la zona de mejor absorción de todo el cuerpo. En este caso, usar de 3 a 5 gotas de aceite esencial.
Inhalación
La forma terapéutica indicada en las afecciones respiratorias (los “vahos” o vapores de nuestras abuelas). Se pone un litro de agua a hervir en un cazo, y en cuanto hierve se apaga el fuego y se añaden 3 gotas del aceite esencial indicado. Inclinamos la cara sobre el cazo, y tapamos la cabeza totalmente con una toalla, inhalando los vapores durante 10 minutos.
Otra forma de inhalación consiste en impregnar un pañuelo de papel con 2 gotas de aceite esencial y oler, simplemente.
Difusión
La difusión consiste en la dispersión en el ambiente de los aceites esenciales. Como son altamente volátiles, puede conseguirse tanto en frío como en caliente. En el primer caso, usaremos un vaporizador de mano con una suspensión del aceite en agua, que agitaremos antes de usar. En el segundo caso, necesitaremos una lamparilla difusora, cuyo recipiente superior llenaremos de agua y añadiremos 4 o 5 gotas del aceite esencial.
Esta forma terapéutica parece ser la más indicada para tratar determinados estados emocionales.
Ingestión
La Aromaterapia moderna considera que los aceites esenciales no deben ingerirse, principalmente para evitar complicaciones, tanto sanitarias como legales. El primer motivo para no ingerir los aceites esenciales es el mal sabor que tiene la mayoría de ellos, aunque despiden un maravilloso aroma. No debe olvidarse que son sustancias muy concentradas, y de aterrizar sin diluir en el estómago pueden ocasionar un grave daño a este órgano y a los intestinos.
Por otra parte, las concentraciones de aceites para el tratamiento mediante ingestión son muy bajas y es muy fácil excederse.