S.O.S.: ¡Piel en peligro!
La llegada del verano trae consigo importantes cambios en las condiciones ambientales que, como es lógico, acaban afectando a la salud y, sobre todo, a la piel. El calor, el sol, los baños o el sudor son los principales factores que influyen en el desarrollo de lesiones cutáneas. Por fortuna tal y como explica el doctor Carlos Sanz, para prevenirlas o tratarlas sí existen remedios.
Las quemaduras solares
Se previenen iniciando la exposición paulatinamente, sin abusar de los bronceadores. Aquellas personas especialmente predispuestas deben usar cremas con alto índice de protección. Cuando se han producido las quemaduras, las ampollas no se deberán romper nunca. Las compresas de agua fresca o con un poco de vinagre alivian el trastorno de forma notable. En los casos leves, las pomadas con antihistamínicos pueden disminuir los picores nocturnos de las personas que padezcan las quemaduras.
Sequedad de la piel
Las cremas hidratantes resultan muy útiles para combatir el grado de sequedad que producen el sol, los baños o el viento. Generalmente, estos preparados suelen presentarse bajo el aspecto de solución o loción, gel, crema, pomada o ungüento, según sea más o menos líquida.
Infecciones por hongos
Los baños en las piscinas o, simplemente, la humedad que se concentra en determinadas partes del cuerpo puede originar unos inquilinos muy molestos: los hongos. Las micosis más comunes suelen afectar a las plantas de los pies, las ingles y, con menor frecuencia, a la piel del cuerpo. Pueden producir intensos picores y su tratamiento es muy prolongado.
Generalmente se administra un tratamiento local con cremas o pomadas y otro general con pastillas para reforzar la acción de los medicamentos. Los tratamientos suelen ser bastante largos, por lo que se requiere una buena dosis de paciencia por parte de la persona afectada.
Alergias
Aunque se trata de patologías propiamente primaverales, también se observan con frecuencia a lo largo de todo el verano. Generalmente se tratan a base de preparados antihistamínicos, por vía local o general, según la intensidad del brote. Aunque los antihistamínicos sean productos predominantemente antialérgicos, alivian también todo tipo de picores cualquiera que sea su causa.
Por este motivo, además de emplearse en el tratamiento de las alergias cutáneas, se utilizan para atenuar las molestias que acompañan a las quemaduras solares o las picaduras de los insectos.
Infecciones
Las condiciones ambientales veraniegas hacen que proliferen las infecciones cutáneas de todo tipo. Dependiendo de la lesión, su aspecto suele ser variadísimo, pero en mayor o menor medida siempre aparecen exudados. Su tratamiento con cremas antibióticas, con frecuencia reforzadas con medicamentos de otro tipo, produce un alivio rápido y llamativo.
Picaduras de insectos
Existen multitud de soluciones con las que rociar la piel para evitar las picaduras. Estos repelentes carecen normalmente de capacidad irritante y son especialmente útiles por las noches, en los niños y en aquellos lugares donde existan muchos mosquitos. Cuando las picaduras ya se han producido, el frío local, mediante aplicación de hielo y los antihistamínicos aliviarán notablemente el escozor.
Sudor
La sudoración exagerada que ciertas personas padecen es, con frecuencia, causa de diversos trastornos en la piel. Se combate con baños diarios, aclarando suficientemente la piel con gran cantidad de agua. Para ello, la ducha resulta muy eficaz ya que actúa como arrastre de las partículas de la suciedad y de sudor que quedaron retenidos en los poros. Es necesario lavar los pies con frecuencia y utilizar calzado transpirable y calcetines de hilo.
Los paseos por la playa con los pies descalzos son también muy recomendables. Existen desodorantes y antitranspirantes comercializados. Se trata de productos cosméticos más que farmacológicos. Hay que procurar no abusar de ellos, sobre todo en las personas de piel delicada pues pueden producir irritaciones.
Lesiones cutáneas
El eccema es un término impreciso que hace referencia a diversas lesiones cutáneas que evolucionan de forma similar y producen enrojecimiento con posterior exudación y formación de costras para, al final, descamarse. Generalmente, producen también picor. Su causa es muy variada: alérgica, infecciosa, tóxica,… Los corticoides, asociados a otros productos, suelen dar buenos resultados debido sobre todo a su poder antiinflamatorio y antialérgico.